Doga, el yoga para perros: guía definitiva para practicarlo

Doga, el Yoga para perros

Has oído hablar de Zumba. Has oído hablar de CrossFit. Has oído hablar de Yoga… ¿pero has oído hablar de Doga? Si no es así, ¿a qué esperas? Es la forma perfecta de mantenerte en forma a la vez que estrechas lazos con tu perro. La vida moderna es muy ajetreada.

Si no estás en el trabajo, estás viajando, y si no estás haciendo eso, estás recogiendo a los niños, lavando la ropa, cocinando la cena, o simplemente estás agotado. Con todo esto, puede ser difícil compaginar un buen entrenamiento con tiempo de calidad con los seres queridos. ¡Con Doga, puedes hacer ambas cosas!

¿Qué es Doga?

Sé lo que te estás imaginando. Te estás imaginando a tu perro sentado con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, aullando de alguna manera «om». Yo también pensaba que sonaba un poco ridículo hasta que descubrí para qué sirve realmente el Doga. No se trata de que los perros hagan posturas, aunque puedes divertirte enseñándoles algunas. Se trata de relajarse, crear vínculos, vivir el momento y, por supuesto, hacer ejercicio.

Los perros son yoguis por naturaleza. Por algo la famosa postura del «perro boca abajo» lleva su nombre. Viven el momento, son animales felices, pero también pueden ser increíblemente pacíficos y tranquilos. Son compañeros perfectos para el yoga porque leen bien la energía, así que verte relajado y estirándote puede ser una experiencia maravillosa para ellos. Puede que empiecen la sesión excitados y nerviosos, pero ver cómo te concentras en la respiración y trabajas los músculos les calmará.

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¿Cómo puede ser una sesión de Doga?

Si decides que el Doga puede ser para ti, es posible que quieras probarlo. Pero, ¿qué puedes esperar de una clase? Hay muchos instructores diferentes, y todos pueden tener técnicas y preferencias distintas. Algunos prefieren utilizar a los perros para mejorar el entrenamiento del humano, otros se centran en crear un entrenamiento también para el perro.

No hay una manera correcta o incorrecta, y tienes que encontrar lo que es mejor para ti y tu mejor amigo. He aquí una idea de lo que puede ser una clase típica:

Posturas de pie y caminando

Para empezar la experiencia, muchos profesores llevan a los alumnos a dar un paseo lento y relajante por la sala, intercalado con alguna postura de pie. Es una forma estupenda de olvidarse del mundo exterior y centrarse en el momento. Puede que tu perro te siga o que esté jugando con otro. No te preocupes, se desprenderá del mundo exterior a su debido tiempo.

Empezar a trabajar en las colchonetas

Lo más habitual es que la clase comience como cualquier experiencia normal de yoga, aunque puede que te coloques en círculo para crear la sensación de estar en manada. Respiras, te colocas, te relajas y te concentras en tu centro. Debe haber calma, nada de hablar y, entre los humanos, ninguna energía excitable.

Si tu perro sigue excitado y jugando, puede que tengas que luchar contra el impulso de intentar controlarlo. No estás aquí para eso. Deja que jueguen y que invadan el espacio personal de los demás. Créeme, no les molestan; al fin y al cabo, aquí todo el mundo es amante de los perros.

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Trabajar con tu perro

Es probable que tu perro vuelva a ti tarde o temprano. Ya han explorado la habitación, a los otros perros y a las personas. Ahora, ¡quieren saber qué demonios estás haciendo! Aquí es donde puedes optar por incorporar a tu perro a tu entrenamiento.

Si tu perro consiente en participar, puedes utilizarlo como pesa o como refuerzo, en función de su tamaño, peso y fuerza. Puede llevar tiempo cogerle el ritmo a esto, así que si tu perro se conforma con darte besos de apoyo mientras haces ejercicio, también está bien.

Ríete un poco

El yoga está pensado para crear una energía concentrada y calmante, en lugar de una energía hiperactiva y excitable. Pero esto no significa que no puedas reírte y disfrutar cuando los perros actúen inevitablemente como los adorables payasos que son. Puede que salten sobre ti en plena postura. Pueden chocar con otro yogui. Puede que incluso ladren, orinen o se abalancen unos sobre otros. Es divertido, no pasa nada por reírse.

Acostumbrarse

Al final de la sesión, puede que tu perro no sea un maestro del doga. A la mayoría les gusta ver a sus dueños hacer el ridículo. Pero dales de 3 a 6 semanas y la mayoría de los perros se acostumbran e incluso muestran interés por participar y mejorar.

Las posturas

Como ya he dicho, hay muchos tipos diferentes de clases, pero en general, se puede esperar un entrenamiento relajante y un poco de diversión. En algunas clases, hay algunas poses de perro que puedes trabajar con tu perro para probar. Recuerda que todos los perros son diferentes. Pueden tener distintos niveles de habilidad y distintos niveles de interés. Nunca obligues a un perro a participar en algo que no quiere hacer.

Si tu perro es de los que les encanta ponerse manos a la obra e intentar algunas posturas por su cuenta, puedes probar éstas:

Chaturanga

1. Acuesta a tu perro boca abajo
2. Acaricia su espalda con suavidad pero con firmeza. Recuerda, el objetivo es la relajación, no la excitación.

Silla

1. Haz que tu perro se siente sobre las patas traseras y apóyalo por detrás.
2. Levántale las patas por delante

Mantra de corazón a perro

1. Pon tu mano en tu corazón
2. Pon tu mano en el corazón de tu perro
3. Practica respiraciones lentas y profundas

Mudra del perro interior

1. Durante una postura que esté a la altura de los ojos de tu perro, apoya tu frente en la suya.
2. Respira profundamente y comparte tu energía

Mudra de la pata del cachorro

1. Acuesta a tu perro boca arriba. Sus patas delanteras deben estar extendidas hacia delante.
2. Arrodíllate detrás de él, apoya la cabeza en su espalda y sujeta sus patas delanteras.

Savasana

1. Acuesta a tu perro boca arriba
2. Frota suavemente y con firmeza su vientre

Carretilla

1. Colócate detrás de tu perro e inclínate hacia delante
2. Alcanza las articulaciones de la cadera y levanta suavemente las patas traseras. Debes sujetar sus caderas con cuidado.
3. Anímale a estirar y flexionar el cuerpo.

Puede que estas posturas no parezcan tan agotadoras como las que tenemos que hacer los humanos en el yoga. Pero esa es la diferencia clave entre el yoga y el doga: los perros. Sólo tienen que hacer tanto o tan poco como quieran, y no hay que forzarles a nada en absoluto. Como en el yoga, los objetivos son la unión, la relajación, la calma y la buena salud. Para los humanos, una buena salud puede significar retorcerse en un extraño pretzel, pero para los perros significa no forzar sus articulaciones en posiciones incómodas y perjudiciales.

Cuando tengas más experiencia, podrás incluso crear instintivamente tus propias posturas con tu perro. Eso sí, ten cuidado y asegúrate de que se apoyan bien. No pongas mucho peso sobre ellos, no tires de sus articulaciones y no los mantengas en lugares donde no quieren estar. Sólo tienes que estirarte con ellos y ver adónde les gusta ir. A algunos perros les gusta especialmente apoyarse en la espalda de sus dueños, mientras que a otros les gusta encajar en huecos cómodos, y a algunos simplemente les gusta que les abracen.

Los beneficios

Por si no te has dado cuenta. Soy un fan de doga, y creo que hay una lista interminable de beneficios que puedes sacar de la experiencia. Tanto como individuo como dueño de un perro. Aquí van algunos para intentar convencerte:

• Mantiene el ejercicio en tu vida, en particular el yoga. Sencillamente, es una gran oportunidad multitarea. Te mantienes en forma a la vez que pasas tiempo de calidad con tu perro.
• Es una gran oportunidad de socialización para tu perro. Habrá un montón de perros en la clase con los que pueden hacerse amigos, jugar y, en general, llegar a conocer. La socialización es importante para los perros, ya que sin ella pueden volverse ansiosos y temerosos ante nuevas experiencias.
• Es una experiencia que crea lazos afectivos entre tu perro y tú. En lugar de un paseo o una carrera, en los que podrías tener la tentación de desconectar y escuchar música o charlar con los amigos, o de diez minutos de juego hiperactivo con un juguete, doga es un tiempo de unión de calidad que pasas con tu perro. El perro recibe toda tu atención y cariño.
• También genera confianza. A medida que crece el vínculo y pasas más tiempo de calidad con tu perro, también aumenta su confianza en ti. Esto puede mejorar su capacidad de respuesta al adiestramiento y a las órdenes, y hace que se comporte mejor.
• Tu perro y tú podéis beneficiaros de las propiedades del yoga para aliviar el estrés. Si dedicas al menos una hora a la semana a concentrarte en tu propia mente y vivir el momento, tanto tú como tu perro os relajaréis de forma drástica. Tu perro se alimenta de tu energía. Si eres un individuo estresado o ansioso, será un perro estresado o ansioso. Doga puede hacer maravillas con los perros hiperactivos o ansiosos.
• También tiene beneficios para la salud física. Al igual que el yoga, el doga fortalecerá tu núcleo y te mantendrá en forma. Sin embargo, en los perros, el doga puede mejorar su circulación y su amplitud de movimiento, garantizando una mejor calidad de vida ahora y a medida que envejecen.
• Puedes hacer algunos amigos. Si estás acostumbrado a disculparte en público por el comportamiento, perfectamente normal, de tu perro, será muy reconfortante estar con un grupo de gente que simplemente acepta que tu perro intente sentarse sobre su cabeza.

Algunos inconvenientes

No quiero dar una visión totalmente sesgada de Doga. No es para todo el mundo. Hay perros y humanos que no lo disfrutan, y eso es perfectamente normal.

• Los perros especialmente ansiosos pueden sentirse intimidados al verte estirado y ante la presencia de tantos otros perros. Vigila a tu perro en las primeras sesiones y comprueba si muestra algún signo de infelicidad. Esto no significa que tu perro nunca vaya a hacer doga. Pero quizá deberías empezar poco a poco. Introdúcelo al yoga en casa, en un entorno que conozca, y organiza algunas citas de juego individuales con cachorros para que se acostumbre a estar rodeado de otros perros.
• Es posible que los perros muy hiperactivos no se sientan a gusto dentro de casa en un entorno extraño. La presencia de tantos posibles compañeros de juego podría motivarles a ladrar sin parar. Aunque se tolera el «mal comportamiento», si tu perro no se calma lo más mínimo durante esa hora, puede que no sea para él.
• Si eres un entusiasta del yoga, el doga puede resultarte un poco molesto. Aunque se centra en la reflexión tranquila y pacífica, obviamente hay muchas más distracciones que en el yoga normal. Si los aspectos espirituales del yoga son muy importantes para ti, puede que esto sea demasiado. Dicho esto, no hay ninguna razón por la que no puedas incluir ambos en tu horario como actividades separadas. Si normalmente haces 3 sesiones de yoga a la semana, intenta hacer 2 sesiones de yoga y 1 de doga a la semana, tu perro te lo agradecerá (a su manera).

Para empezar

Ahora que te he convencido para que al menos lo intentes, ¿por dónde empiezas?

• Busca una clase. El dogo es «la nueva moda», así que hay muchas oportunidades de probarlo en la mayoría de las grandes ciudades. Pero eso no significa que puedas encontrarlo en todas partes. Si tienes la suerte de tener una clase cerca, llámalos para comprobar su disponibilidad, en qué consiste la clase y si tienen alguna norma. Puede que tengan limitaciones de tamaño o de raza, por ejemplo.
• Si no encuentra clases, no te preocupes. Puedes practicar doga en casa si tienes espacio. Puedes comprar libros de doga y encontrar vídeos en Internet. Si ya dominas el yoga, prueba a practicarlo en casa con tu perro e incorpora algunas de las posturas que he descrito anteriormente.

Fuentes:

• Caroline Golon, The Things We Do for Love: «My Dog and I Teach Yoga Together», VetStreet
• Amy Flowers, DVM, How Pets Can Improve Your Health, WebMD