Fiebre en perros: causas, síntomas y tratamiento

Fiebre en perros

Todo organismo experimentará una enfermedad una o dos veces a lo largo de su vida, aunque exista un sistema inmunitario en los perros para evitarlo. La fiebre es una de las dolencias más comunes, y los perros no son inmunes a ella. Por lo general, la regla general para saber si tu perro tiene fiebre es comprobar su nariz; si está húmeda y fría, está bien, pero si está seca y caliente, entonces hay fiebre.

Aunque esto a veces funciona, las cosas no son tan sencillas y por eso este método no es adecuado para llegar a una conclusión precisa. En este artículo, analizamos las causas, los síntomas y el tratamiento de la fiebre en los perros, para que puedas ayudar a tu perro de la mejor manera posible cuando se ponga enfermo.

Cómo saber si un perro tiene fiebre

Un aumento de la temperatura corporal suele caracterizar la fiebre y sólo se puede saber que ha habido un cambio cuando se conoce la temperatura normal. Los humanos tienen una temperatura corporal normal de entre 97,6 y 99,6ºF (36,44 y 37,5ºC), mientras que la temperatura normal de los perros oscila entre 99,5 y 102,5ºF (7,5 y 39,1ºC).

Está claro que la temperatura corporal normal de un perro puede parecerte un poco excesiva. Sin embargo, no es hasta que la temperatura supera los 103 grados Fahrenheit cuando debes empezar a preocuparte. La fiebre y la hipertermia se confunden a menudo entre sí, pero hay una diferencia significativa entre ambas.

Mientras que la fiebre es el resultado de una brecha en el estado de salud del cuerpo, la hipertermia se debe al sobrecalentamiento del ambiente externo. Los golpes de calor son una forma de hipertermia y necesitan tanta atención como la fiebre.

Una vez que se ha sacado esto de en medio, otra cosa que hay que saber es cómo tomar la temperatura de un perro. Este paso es crucial porque es la única forma segura de saber si la temperatura de tu perro es anormal. No es precisamente una experiencia placentera, pero es necesaria si quieres encontrar soluciones a la enfermedad de tu perro. Se puede realizar de dos maneras: utilizando termómetros rectales o de oído.

El uso de un termómetro rectal requerirá lubricantes como aceite de bebé o vaselina y luego insertarlo en el ano del perro. A continuación, una vez que obtengas una lectura clara, puedes retirar el dispositivo. La lectura debería durar unos 60 segundos (aunque el tiempo lo indicará las instrucciones del termómetro) para que el perro no experimente las molestias durante mucho tiempo. El uso de un termómetro de oído es menos invasivo y funciona midiendo las ondas de calor infrarrojas que emite el oído del perro.

Debes colocar este termómetro en la profundidad del canal auditivo horizontal para obtener una lectura precisa. Este tipo de termómetro es bastante caro, pero tu perro estará más cómodo y relajado mientras lo utilizas. Se desaconseja el uso de termómetros de vidrio, ya que no son los mejores para estos fines.

Sin embargo, una temperatura alta es sólo uno de los síntomas de la fiebre y hay muchos otros a los que hay que prestar atención. Estos signos incluyen oídos calientes, ojos rojos, escalofríos, pérdida de apetito, tos, nariz caliente y seca con o sin secreción, falta de energía y vómitos.

Puede que no los muestre todos a la vez, pero cuando notes que tu perro experimenta la mayoría de ellos, es probable que se trate de fiebre. Hay diferentes tipos de fiebre y pueden diferenciarse en función de sus síntomas.

Causas de fiebre alta en perros

Infecciones

De todas las causas de fiebre canina que existen, las infecciones son una de las más comunes. La fiebre aparece como resultado de que el cuerpo intenta deshacerse de ese material no deseado. Puede ser interna o externa, pero a ambos se les debe prestar la misma atención.

Algunas infecciones internas pueden afectar el cerebro, los pulmones o los riñones y se denominan encefalitis, neumonía y pielonefritis, respectivamente. Algunas infecciones externas incluyen la de la piel que puede ocurrir por el tratamiento inadecuado de una cicatriz o incluso por las picaduras de ciertos insectos.

Las garrapatas son un tipo de insectos parásitos que se adhieren a los organismos huéspedes y se alimentan de ellos. Durante su alimentación, transmiten todo tipo de enfermedades, incluidas la fiebre manchada de las Montañas Rocosas y la fiebre Q.

Las infecciones del oído, las infecciones del tracto urinario y las infecciones de los dientes también pueden hacer que un perro desarrolle fiebre. Los síntomas generalmente se manifiestan en función del área afectada y te dirán qué tipo de tratamiento seguir.

Vacunas

La vacunación es uno de los inventos que se supone que ayudan en la lucha contra las enfermedades. Sin embargo, tienen efectos secundarios, y para los perros, la fiebre es uno de ellos. No es raro que tu perro desarrolle una fiebre baja generalmente de 24 a 48 horas después de recibir la vacuna.

Esta reacción se debe principalmente a la interacción entre la vacuna y el sistema inmunitario y a menudo debería desaparecer después de unos días. El perro aún debe ser monitoreado para asegurar de que la fiebre no se vuelva severa.

Toxinas

Esta es probablemente la causa más aparente de todas porque las toxinas no son deseadas y por lo tanto habrá una lucha para sacarlas. La lucha puede dar lugar a una fiebre, por lo que es mejor saber lo que tu perro no puede tolerar para evitarlo a toda costa.

Algunos elementos cotidianos que se consideran venenosos para los perros son algunos medicamentos para humanos, como los antidepresivos, y alimentos como el chocolate, la cebolla, los alimentos con moho y las pasas. Otros son los detergentes, la sal del lavavajillas, los anticongelantes, los hongos o algunas plantas tóxicas para los perros y los insecticidas.

Hay casos en los que no se conoce la causa de la fiebre de un perro, y podría ser una indicación de un trastorno subyacente. El nombre propio de este fenómeno es FDD o fiebre de origen desconocido (FUO – fever of Unknown Origin) y, por lo general, se supone que es un síntoma de problemas más graves.

Estos problemas incluyen enfermedades como cáncer en perros, trastornos del sistema inmunitario o trastornos de la médula ósea.

Tratamiento para la fiebre del perro

Tratamiento de fiebre canina en casa

Cuando tienes una mascota y notas que puede estar enfermando, lo primero que debes hacer es probar los primeros auxilios. Esto implica hacerlos sentir cómodos y administrar atención genérica segura para ayudarlos a sentirse mejor. Para la fiebre del perro o cachorro, una forma es ayudar a reducir su temperatura aplicando agua fría en ciertas partes de su cuerpo.

Agua fría alrededor de las patas, las orejas y el pelaje, preferiblemente con una esponja húmeda, pueden bajar la temperatura. Además, pon a disposición agua potable para que puedan beber, lo que ayuda a reducir su temperatura interna. Asegúrate de que tengan acceso a mucha sombra o a las partes frías de la casa.

Si tienes alfombras de enfriamiento para perros, serán útiles en esta situación, recordando darles espacio para que se repongan. Debes controlar la temperatura del perro para saber si el método funciona o no. Si no, entonces podría ser el momento de tomar más medidas.

Tu perro no necesita medicamentos humanos como el acetaminofeno o el ibuprofeno, ya que se consideran venenosos y pueden provocar complicaciones graves de salud o la muerte. Además, evita involucrar al perro en cualquier actividad vigorosa que pueda aumentar su calor corporal.

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Tratamiento de fiebre canina en el veterinario

Los remedios caseros no siempre son recomendables, teniendo en cuenta lo perjudicial que puede ser una fiebre prolongada, y por ello es mejor buscar atención médica lo antes posible. Cuando el perro tiene una temperatura superior a la normal, es necesario acudir al veterinario.

Puede resultar complicado diagnosticar la causa exacta de la fiebre y ésta es una razón más para acudir inmediatamente. El veterinario empezará realizando algunas pruebas estándar para intentar obtener información útil sobre lo que puede estar pasando. Los datos pueden incluir cualquier toxina con la que el perro haya estado en contacto.

Esto también te ayudará a prestar más atención a lo que le permites a tu perro tener acceso. La ventaja de visitar al veterinario es también porque tiene el historial médico de tu perro y puede rastrear la raíz del problema. El veterinario también será la persona más indicada para confirmar si el perro tiene realmente fiebre o un golpe de calor.

Una vez diagnosticado el problema, el veterinario puede ofrecerte soluciones útiles, incluida la medicación, que permita bajar la fiebre. Visitar al veterinario es lo mejor que puedes hacer por tu perro, ya que es obtener el consejo y la opinión de un experto. Se reducirá el riesgo de perder al perro y ambos disfrutaréis de vuestra compañía.

Para resumir

Las enfermedades suelen interponerse en el camino para que vivamos lo mejor posible y no es diferente en el caso de los perros. La fiebre canina reduce la energía que tu perro solía tener y puede afectar a vuestra relación. La enfermedad puede ser el resultado de que su cuerpo intente expulsar algunas sustancias nocivas o un síntoma de una enfermedad subyacente.

En ambos casos, hay que ponerle freno y lo mejor es acudir a la clínica de animales. En este artículo se ofrece información general sobre la fiebre, los motivos por los que tu perro la padece y cómo controlarla. Sin embargo, el veterinario es quien mejor puede dar información más detallada sobre la salud de tu perro.

Fuentes:

• I. A. Battersby, Retrospective Study Of Fever In Dogs: Laboratory Testing, Diagnoses And Influence Of Prior Treatment, Wiley Online Library
• Chris Miksen, How to Tell If a Dog Has a Fever, The Nest
• High Fever in Dogs, WebMD
• Malcolm Weir, DVM, MSc, MPH, Fever of Unknown Origin in Dogs, VCA Hospitals
• Photo by Mockup Graphics