12 maneras de proteger las patas de un perro durante todo el año

12 maneras de proteger las patas de un perro durante todo el año

Todos los dueños de mascotas buscan proteger a su amigo peludo, pero a menudo olvidan proteger sus patas del calor y el frío. Los problemas en las patas pueden no ser evidentes en un principio, pero si no se tratan a tiempo, pueden causar dolor e incomodidad al perro.

Aunque las patas de los perros son resistentes, las de tu mascota pueden ser más delicadas. Si presentan alguna problemática, su tratamiento puede ser difícil y prolongado. El desafío radica en que tu perro necesita usar sus patas constantemente, lo cual dificulta el proceso de sanación.

Más vale prevenir que curar, especialmente cuando se trata de problemas con las patas, por lo que para proteger contra problemas como quemaduras en las almohadillas, congelación y rotura de uñas, debes saber cuál es la mejor manera de proteger las patas de tu perro durante todo el año.

Aquí hay algunos consejos importantes para ayudarte a asegurarte de que tu perro no tenga que sufrir ni en verano ni en invierno. Veamos algunas formas de proteger las patas de un perro.

1. Limpia las patas de tu mascota durante el invierno

Durante el invierno, los caminos y carreteras pueden estar cubiertos de nieve, hielo, sal y productos químicos, lo cual puede dañar las patas de tu mascota. Por ello, es esencial limpiar bien sus patas cada vez que entren al interior por el frío. Así evitarás que sufran irritación, eliminando toda la suciedad, hielo y sal de sus pies.

2. Ten cuidado durante el clima helado

A muchos perros les gusta jugar al aire libre en los meses de invierno, sin embargo, si no cuidas a tu amigo peludo mientras juega en el hielo y la nieve, podría terminar lastimándose. Los perros se caen y resbalan como lo hacen los humanos, y si tu mascota resbala en un poco de hielo, fácilmente podría cortarse las patas con los bordes afilados.

3. No permanezcas al aire libre demasiado tiempo en invierno

Incluso si tu mascota pudiera permanecer felizmente al aire libre todo el día en la nieve, es importante limitar la cantidad de tiempo que tu perro pasa afuera cuando hace frío. Esto se debe a que la congelación es un problema tanto para tu amigo peludo como para ti, y puede tener un efecto dañino en las patas y otras partes del cuerpo de tu perro.

No hay razón para dejar de llevar a tu querida mascota al aire libre cuando aparece la nieve y el hielo, pero definitivamente debes restringir la cantidad de tiempo que corre en temperaturas bajo cero para reducir el riesgo de congelación.

4. Considera la cera para pies o las botas para perros

Cuando se trata de un día nevado, es importante recordar que las patas de nuestros amigos peludos necesitan protección adecuada. Aunque las patas de los perros son más resistentes al hielo y el frío que nuestros pies, es recomendable que usemos botas de nieve especiales diseñadas para perros. Estas botas ofrecen tracción adicional en la suela para protegerlos contra resbalones y caídas. Además, protegen sus patas de la superficie helada y de la sal que se esparce en invierno.

Si su perro no se siente cómodo con las botas, también puede usar cera protectora de patas para tu perro que se puede aplicar antes de salir al aire libre.

5. Ten cuidado con las superficies calientes

A los perros les gusta salir al aire libre en un día de verano soleado. No obstante, si los grados aumentan, es preciso prestar atención a las patas de tu mascota. La superficie de las carreteras y los caminos puede calentarse de manera considerable tras largas exposiciones al sol, lo que puede causar mucho dolor a tu mascota cuando salen a caminar. Si el calor es excesivo y no puedes caminar descalzo sobre la superficie, entonces es igualmente imprudente que tu mascota camine.

Las almohadillas de las patas del perro son resistentes, pero no están hechas de asbesto. En los días calurosos, intenta caminar con tu mascota sobre césped o tierra en vez de pavimento, pues éste puede generar quemaduras en las almohadillas que provocan ampollas, dolor extremo e incluso pérdida de tejido. Tras pasar tiempo al aire libre en un día caluroso, revisa las patas de tu mascota en busca de señales de quemaduras. Estos síntomas pueden incluir lamerse la pata, decoloración de la almohadilla, sangrado y cojera.

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6. Examina sus patas después de caminar

Durante todo el año, puedes disfrutar de una caminata con tu amigo canino, sin embargo, si recorres un terreno escarpado, tu mascota corre el riesgo de lastimarse las patas. Es fundamental ser cauteloso y considerar la superficie por la que camina tu perro; no obstante, aun estando alerta, es posible que pise vidrio u objetos punzantes que dañen sus patas o almohadillas.

Las espinas y las rebabas también son obstáculos comunes al caminar por el campo, por lo que es necesario extraer rápidamente cualquier objeto visible de sus patas. Si te enfrentas a dificultades al retirar un objeto incrustado, acude al veterinario para recibir asistencia profesional. Si recorres un terreno que pueda dañar las patas de tu perro, considera utilizar una mochila transportín especial para perros para que no tenga tanto contacto directo con el suelo.

7. Camina en un momento más fresco del día

Si es un verano especialmente caluroso, puede que tengas que cambiar la hora en la que sacas a tu mascota a su paseo habitual. Un paseo al mediodía podría volverse muy incómodo para ambos, por lo que cambiar a una hora más temprana o al atardecer podría ser la solución ideal.

Alternativamente, mantén tu caminata breve y complementa esas caminatas más cortas con mucho juego fresco en el interior, y recuerda siempre llevar contigo mucha agua para que tu mascota beba usando una botella de agua para perros para asegurarte de que no se deshidrate.

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8. Asegúrate de que a tu mascota no le importe que le toquen las patas

Algunas mascotas no están dispuestas a que nadie les toque las patas, y esto crea dificultades si tu perro termina con una lesión en la pata o necesita que le cepillen las patas. Puedes ayudar a evitar que esto se convierta en un problema asegurándote de hacer un gran esfuerzo para que tu perro se acostumbre a que le toquen las patas desde la edad más temprana posible.

Si tienes un cachorro, asegúrate de tocar sus patas regularmente y comienza a recortar las uñas de tu perro tan pronto como puedas para que no se estrese ni se angustie cuando necesite que le toquen las patas a medida que crezca.

9. Mantén esas garras recortadas

Algunos perros necesitan que se recorten sus uñas periódicamente, mientras que otros pueden pasar meses sin requerirlo, esto depende de su raza y estilo de vida. No obstante, habrá un momento en el que deberás cortarlas. Cuando las uñas del perro se encuentran largas, se fracturan con facilidad y hay una mayor posibilidad de que se rompan, lo cual es doloroso y puede derivar en una infección de larga recuperación.

Pasear al perro con frecuencia por las aceras puede contribuir a que las uñas se limen, no obstante, para la mayoría de los propietarios de perros, es esencial contar con un cortaúñas especial para perros y realizarles una manicura de vez en cuando. Asimismo, es importante examinar las uñas vestigiales (o espolón) que se encuentra más arriba en la pata y que no está en contacto con el suelo, ya que es común que crezca demasiado.

10. Ten cuidado con los detergentes para limpiar suelos

Cuando estés limpiando tus suelos, recuerda que los químicos que contienen muchos de estos productos son muy malos para las patas de tu mascota. Su piel puede absorber esos químicos directamente mientras caminan sobre la superficie limpia y, lo que es peor, se verán tentados a lamer el líquido de sus patas mojadas, lo que los llevará a ingerir los químicos en su sistema. Elige sabiamente tus productos de limpieza para asegurarte de que sean seguros para su uso cerca de los animales.

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11. Revisa las patas de tu mascota regularmente

Si incorporas controles en las patas de tu mascota como parte regular de la rutina diaria, descubrirás que es mucho más probable que detectes cualquier problema con sus patas en una etapa temprana antes de que el problema se salga de control.

Busca signos de objetos adheridos a la piel, sangrado o zonas ásperas, o cualquier área de la piel que se vea roja y que pueda indicar una infección, y si detectas alguno de estos problemas, busca ayuda veterinaria.

Incluso si tu mascota no muestra signos de tener algún dolor o incomodidad, tómate el tiempo para verificar de todos modos, ya que es posible que no siempre reaccionen a los problemas potenciales de la manera que esperarías.

12. Los minerales curativos pueden ayudar

A veces, las deficiencias dietéticas pueden provocar grietas en las almohadillas de las patas. Si tu mascota no tiene suficiente zinc o selenio en su dieta, es posible que su piel no sea lo suficientemente fuerte para sanar adecuadamente, por lo que agregar estos suplementos a su régimen diario puede ayudar.

Las mascotas más pequeñas deben tener alrededor de 50 microgramos de selenio más 2,5 mg de zinc al día, mientras que las mascotas más grandes deben tener alrededor de 5 mg de zinc y 100 microgramos de selenio.

Sigue estos consejos y ayudarás a tu mascota a evitar el dolor y las molestias de las patas adoloridas por el frío, el calor o los irritantes.

Fuentes:

• Protect Your Dog’s Paws From Winter Weather, Animal Humane Society
• Keeping Dogs’ Paws Healthy, American Kennel Club Canine Health Foundation
• Meghan Lepisto, Protect Your Pets from Winter Hazards, School of Veterinary Medicine